Token Fungible

Un token fungible es como una moneda digital: todas valen lo mismo y puedes cambiarlas entre sí sin notar la diferencia. Si tienes 1 token y alguien más te da otro igual, es como si nada cambiara. Se usan para pagos, intercambios o representar valor, igual que las monedas físicas o billetes.

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Un token fungible es un tipo de activo digital emitido en blockchain, cuyas unidades son intercambiables, divisibles y homogéneas, es decir, cada token tiene el mismo valor, propiedades y función que otro del mismo tipo. Esta característica lo convierte en la representación ideal para monedas, puntos, créditos, stablecoins y activos financieros digitalizados, permitiendo su uso en pagos, intercambios, gobernanza y funciones internas de protocolos Web3.

La fungibilidad es esencial para que los tokens puedan utilizarse como medio de intercambio eficiente, ya que no es necesario distinguir entre tokens individuales. Por ejemplo, un token ERC-20 como USDT, DAI o LINK permite que un usuario transfiera cualquier unidad sin preocuparse por su origen o historial específico.

Técnicamente, los tokens fungibles suelen implementarse mediante estándares como:

• ERC-20 en Ethereum y EVM compatibles.
• BEP-20 en BNB Chain.
• SPL en Solana.
  Estos estándares definen funciones como transfer, balanceOf, approve y transferFrom, lo que garantiza su interoperabilidad con wallets, exchanges, plataformas DeFi y contratos inteligentes.

Además, los tokens fungibles pueden representar:

• Criptomonedas propias de una red (ej. ETH, MATIC, SOL).
• Stablecoins vinculadas a activos reales (ej. USDC, EURC).
• Derechos de uso o participación, como governance tokens.
• Activos tokenizados, como oro, energía o participaciones empresariales fraccionadas.

Su diseño debe tener en cuenta principios de tokenomics, regulación jurídica, liquidez, y modelo de uso dentro del ecosistema, ya que su comportamiento puede afectar directamente la viabilidad de un protocolo o producto descentralizado.

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